Cuando un desarrollador publica una aplicación en Play Store (por cierto, recientemente cambió a Material Design), acepta las condiciones establecidas por Google a través del contrato de distribución. Detrás de este nombre se esconde un documento que reúne todos los derechos pero también los deberes que cualquier desarrollador debe respetar. Este contrato evoluciona sobre las revisiones que se le hacen y, en ocasiones, son cláusulas completamente revisadas.
En su última actualización, dicho contrato cambia varios aspectos y trae muchas novedades. El más espectacular es probablemente el tiempo de respuesta a las solicitudes de asistencia. Así, en el caso de una aplicación de pago, su desarrollador ahora tiene la obligación de responder a un comprador dentro de los tres días e incluso 24 horas si Google lo considera un problema urgente.
En caso de incumplimiento, la firma de Mountain View se reserva el derecho de tomar medidas. Además de las calificaciones negativas otorgadas por los usuarios, Google podría degradar al estudiante malo e incluso ir hasta que elimine una aplicación cuyos desarrolladores no cuidarían lo suficiente de sus usuarios. Google no está bromeando y tiene todo un arsenal para enriquecer su catálogo de aplicaciones mientras lo mejora.
Además de esta novedad tan simbólica, existe otro riesgo de hablar en círculos autorizados. Para el 1 de enero de 2015, Google será responsable de “calcular, aplicar y remitir el IVA en todas las compras de contenido”. Claro, la Unión Europea ahora requiere que Google administre las cuentas de los desarrolladores. Por tanto, estos últimos deberán precisar si su aplicación está sujeta al IVA, sin olvidar obviamente el posible tipo impositivo.
Para otros cambios, no podemos recomendar lo suficiente que lea el contrato completo en el sitio de Play Store. Este está destinado a ser completo, no muy largo y preciso. Qué responder a todas sus preguntas relacionadas con la publicación de una aplicación en Play Store.
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